Tarta de mousse de fresa. Hoy os traigo una tarta que preparé hace un par de fines de semana con motivo de la visita de unos amigos a mi casa. Se trata de una tarta fácil, cuya base es un bizcocho de avellanas y mousse de fresa. Se hace rápido y sólo os consumirá un poco más de tiempo si queréis dedicarle algo a la decoración.
Si os gustan las tartas atractivas y ligeras, ésta es la vuestra.
La preparación de la tarta no tiene mucha dificultad. Podemos separarla en cuatro partes:
- Confección de la mousse de fresa.
- Elaboración del bizcocho.
- Montaje de la tarta.
- Decoración.
Para preparar la mousse de fresa debemos trabajar con gelatina y montar nata y claras de huevo. Si sabemos hacer estas tres cosas bien, lo demás es pan comido. A continuación os explico cómo hacerlo para que no tengáis muchas dificultades.
La decoración se basa en unas virutas de chocolate que podéis preparar fácilmente si tenéis un pelador de verduras. Luego veréis cómo.
Creo que no me falta nada, así que manos a la obra!!
Ingredientes de la tarta de mousse de fresa:
Para el bizcocho (molde de 12 cm):
- 2 huevos.
- 50 gr. de azúcar blanco.
- 10 gr. de azúcar avainillado.
- 40 gr. de harina de repostería.
- 25 gr. de
almendrasavellanas molidas. - 1 sobre de levadura (16 gr.).
- Mantequilla para engrasar el molde.
Para la mousse de fresa (para decorar la tarta y para 3 copas de mousse):
- 500 gr. de fresas.
- 400 ml. de nata para montar.
- 3 claras de huevo.
- 90 gr. de azúcar glass. (60 gr. para montar la nata y 30 para montar las claras)
- 1 sobre de gelatina neutra.
Para decorar:
- 40 gr. de chocolate negro.
- Una flor.
Además:
- Un molde de 12 cm.
- Un mondador de patatas (para rallar el chocolate).
Cómo preparar la tarta de mousse de fresa:
Es muy sencillo. En primer lugar comenzamos preparando la mousse de fresa.
Trituramos las fresas. Si queréis quitarles las pepitas, podéis colarlas (yo no lo hice). Vertemos las fresas trituradas en una pequeña olla y las calentamos junto con la gelatina. Removemos bien y calentamos un poco, hasta que la gelatina quede bien disuelta y no se formen grumos. Removemos durante unos 5 o 10 minutos.
Quitamos del fuego y dejamos que enfríe. Nos interesa que las fresas cuajen un poco. Si queréis acelerar el proceso, podéis meterla en la nevera, pero en este caso procurad que no cuaje del todo. Si las fresas se endurecen demasiado, luego nos resultará difícil mezclarlas con las claras y la nata.
Trituramos las fresas. Si queréis quitarles las pepitas, podéis colarlas (yo no lo hice). Vertemos las fresas trituradas en una pequeña olla y las calentamos junto con la gelatina. Removemos bien y calentamos un poco, hasta que la gelatina quede bien disuelta y no se formen grumos. Removemos durante unos 5 o 10 minutos.
Quitamos del fuego y dejamos que enfríe. Nos interesa que las fresas cuajen un poco. Si queréis acelerar el proceso, podéis meterla en la nevera, pero en este caso procurad que no cuaje del todo. Si las fresas se endurecen demasiado, luego nos resultará difícil mezclarlas con las claras y la nata.
Montamos las claras con 30 gramos de azúcar glass. Ya sabéis cómo montar claras a punto de nieve. Cuando hayamos montado las claras, las reservamos.
Montamos la nata con 60 gramos de azúcar glass. Para montar la nata, comenzamos a batir a baja velocidad. Cuando la nata suba, añadimos el azúcar y seguimos batiendo a máxima velocidad hasta que endurezca.
Reservamos.
Continuamos preparando el bizcocho. Antes, una advertencia: si habéis puesto la fresa con gelatina en el frigorífico, echadle un ojo de vez en cuando para que no se os cuaje demasiado. En caso contrario, os resultará más difícil mezclarla con la nata y las claras.
Precalentamos el horno a 175 ºC.
Separamos las claras de las yemas.
Batimos las yemas con el azúcar y el azúcar avainillado hasta que obtengamos una mezcla espumosa. A continuación añadimos la harina y las avellanas, que habremos triturado previamente.
Montamos las claras a punto de nieve (puedes consultar cómo montar las claras a punto de nieve). Una vez montadas, integramos las claras con nuestra mezcla de yemas, harina y avellanas. Integramos utilizando movimientos envolventes. Si os resulta difícil integrar las claras con la mezcla de harina, podéis utilizar la batidora. La ventaja de no usar batidora es que el bizcocho será más esponjoso.
Vertemos la mezcla sobre un molde pequeño previamente engrasado (yo utilicé uno de 12 cm. aproximadamente) e introducimos en el horno durante 25 minutos. Podemos comprobar si el bizcocho está hecho pinchando un cuchillo o una brocheta en el centro. Si sale seco, el bizcocho está hecho.
Antes de desmoldar, dejamos que enfríe un poco.
Continuamos preparando la mousse. Cogemos la fresa con gelatina, que ya nos habrá cuajado un poquito (recordad que la dejamos para que templara, o bien la metimos en la nevera) y la mezclamos con la nata.
Vertemos las claras que habíamos montado sobre la preparación anterior.
Mezclamos utilizando movimientos envolventes, hasta que todo esté integrado. Ya tenemos nuestra mousse de fresa, lista para ser utilizada.
Con las cantidades que os indico para la mousse, deberíais de tener más que de sobra para la tarta y para, al menos, dos copas de mousse. Está muy buena, ya me contaréis.
Ahora montaremos la tarta.
Desmoldamos el bizcocho, si no lo habíamos hecho antes. Lo cortamos en cuatro planchas: es decir, le hacemos tres cortes en horizontal. Ponemos mousse encima de la primera plancha y cubrimos con otra. Repetimos este proceso con todas las planchas de bizcocho. Repartimos las mousse por arriba y por los laterales del bizcocho y aplanamos con una espátula.
Para decorar con chocolate, rallamos con un pelador de patatas las onzas de chocolate y creamos virutas como estas:
Cogemos una flor del jardín (o del jardín del vecino, si no tenéis jardín) y la ponemos encima de la tarta.
A comer!!!!
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