Mermelada de jengibre. El jengibre es un ingrediente que, poco a poco, estoy comenzando a incorporar en algunos platos y postres de los que realizo. La verdad es que me gusta mucho su sabor, el cual permite incorporarlo tanto en platos salados como dulces.
Hoy nos vamos a atrever con una mermelada de jengibre. El motivo reside en que alguna de las recetas de tartas que tengo por ahí guardadas la necesitan como ingrediente. En algunos comercios he visto esta mermelada, pero tiene precios prohibitivos, así que mejor nos la preparamos por nuestra cuenta y ahorramos un poco (además es más divertido)... Aunque en realidad esto de la tarta es una excusa... Ayer desayuné una tostada con mermelada de jengibre y la verdad es que casi me desmayo de lo buena que estaba.
El jengibre es un producto relativamente caro. Para confeccionar esta mermelada - la tercera mermelada que preparo en mi vida, decidí no comprar demasiado jengibre. Me acerqué a un par de fruterías de mi localidad y en ninguna tenían, así que no tuve más remedio que irme a una gran superficie y adquirir unos 450 gramos de jengibre.
Algunas consideraciones preliminares, antes de irnos a la cocina:
- Los tarros deben esterilizarse adecuadamente antes de comenzar con la receta. Para ello, debemos hervirlos durante unos 20 minutos. Los cubriremos del todo. Podéis leer más información acerca de los preparativos y esterilización de los tarros en el enlace de la mermelada de manzana.
- El jengibre es un producto fibroso, correoso... Si lo ponemos a cocer tal cual, nos podemos ir de vacaciones tranquilamente porque al final habrá aguantado sin problemas y se mantendrá bastante duro. Para resolver esto, antes de ponernos a hervir el jengibre, es importante que lo cortemos finamente en juliana, en trocitos cortos. Incluso si tenéis un rallador, rallarlo en finas hebras: lo justo como para poder cocerlos y que se ablanden...
- La cocción puede ser larga; no hay que desesperar. En mi caso, estuve más de dos horas cociendo el jengibre a fuego lento. Es cuestión de que lo vayáis vigilando y veáis que va tomando el punto necesario.
- Para facilitar la conservación, la mermelada lleva la ralladura de la piel de medio limón y el zumo correspondiente a ese medio limón.
- Para ayudar a espesar, le he incorporado media manzana rallada, piel incluida.
- Puedes preparar tu mermelada utilizando el jengibre que quieras. Lo único que debes considerar es mantener la proporción de azúcar. Suelo utilizar para las mermeladas entre el 45 y el 65 % de azúcar, respecto al peso de la fruta escurrida (incluyendo zumo de limón y manzana).
Ingredientes de la mermelada de jengibre:
- 300 gramos de jengibre rallado.
- Medio limón.
- Un cuarto de manzana (o 50 cl del zumo de manzana obtenido a partir de una licuadora).
- 200 gramos de azúcar (el 65 % del jengibre escurrido + la manzana + el zumo y piel de limón).
A continuación lo cortamos en juliana o lo rallamos. Yo me decanté por esta última opción. Nos interesa que el jengibre rallado sea lo más fino posible. En caso contrario, la cocción tardará mucho y no se ablandará.
Además del jengibre, ponemos también a cocer la ralladura de medio limón, cortada en juliana.
Lo vertemos en agua hirviendo y lo dejamos ahí hasta que adquiera una textura blanda. En mi caso, una hora y media/dos horas. Cuando lo vayamos a colar lo haremos sin desechar el agua de la cocción, dado que la necesitaremos después.
Ahora vienen las matemáticas de la receta. No os preocupéis porque son extremadamente sencillas. Vamos a razonar un momento:
- En este punto de la receta, debemos mezclar el jengibre cocido, el zumo de medio limón, un poco de líquido de la cocción y algo de manzana.
- El líquido de la cocción se añade para que el jengibre termine de cocerse y ablandarse bien. Por otro lado, la manzana (rallada o licuada, con piel en cualquier caso) se añade para ayudar a espesar.
- Pesaremos la mezcla anterior y tomaremos nota del peso.
- Añadiremos, el 60 o 65 % de azúcar respecto al peso anterior.
El jengibre tiene un sabor peculiar: es dulce pero fuerte. Pica mucho. Si no os gustan las emociones fuertes, es posible que necesitéis añadir más azúcar.
Podéis, por ejemplo, añadir 100 ml. de líquido de la cocción y una manzana entera (rallada o su zumo). De esta manera obtendréis una mermelada no tan espesa (y muy rica). Probad la mezcla y si os parece demasiado picante, añadid más azúcar. Podéis hacerlo hasta el 100% del valor del peso total que habéis medido antes.
A continuación rellenamos los tarros que habremos esterilizado previamente, cerramos con fuerza y damos la vuelta al tarro.
Lo dejamos así toda la noche, para que por el efecto del cambio de temperatura se haga el vacío.
A la mañana siguiente ya podemos darles la vuelta.
Los etiquetaremos para saber siempre cuál fue la fecha de envasado.
Las mermeladas hecha de esta forma aguantarán, como mínimo, 12 meses.
Y eso es todo!! Espero que os guste esta receta de mermelada de jengibre y que la hagáis pronto. Ya me contaréis.
Hasta pronto y buen apetito!!!
Mermelada de gengibre, todo un descubrimiento para mi. Me encanta el sabor que proporciona a las comidas por lo que imagino que me gustará en forma de compota.