La tarta de hoy no requiere horno y, además del plátano, integra un poco de zumo de naranja y una base de galletas con cacao que le sienta de maravilla. Como casi todas las tartas de este tipo, sin horno, la tendréis lista en un momento y resulta ideal para la época estival que se va acercando.
Antes de meternos en la cocina, me gustaría puntualizar lo siguiente:
- Es recomendable que los plátanos estén maduros. No utilicéis plátanos verdes, no os saldrá bien.
- Necesitaréis un molde de unos 23 cm. Si no lo tenéis, es preferible uno de menos diámetro.
- La gelatina hay que trabajarla adecuadamente. Luego explico cómo, pero en definitiva, la deshacemos con un poco de la preparación a fuego medio y batimos con firmeza, hasta que esté bien disuelta. Seguimos batiendo hasta que dé un hervor y retiramos del fuego.
- 200 gr. de plátanos maduros.
- 70 gr. de zumo de naranja.
- 110 gr. de azúcar blanca.
- 3 yemas de huevo.
- 300 gr. de queso crema (queso de untar).
- 200 gr. de galletas digestivas.
- 150 gr. de mantequilla.
- Una cucharada rasa de cacao.
- 1 sobre de gelatina neutra en polvo (10 gr.).
- Molde desmontable de 23 cm. Si no lo tienes, es preferible un de menor diámetro.
- Papel de hornear.
Muy, muy fácil. En primer lugar, preparamos el molde de la tarta. Lo que hacemos es que ponemos papel de hornear pinzando la base del molde y el papel, para que no se mueva. Es decir, cogemos la base del molde, ponemos un trozo más grande sobre la misma y luego enganchamos el aro del molde, de manera que apriete la base y el papel. Engrasamos el molde con un poco de mantequilla.
Trituramos las galletas. Añadimos a las galletas el cacao y, a continuación, la mantequilla derretida. Con la ayuda de una espátula, lo esparcimos todo sobre la base del molde y ponemos el conjunto en la nevera durante una media hora (o un poco más).
Troceamos y aplastamos los plátanos con un tenedor. Lo hacemos concienzudamente, cuanto más se asemejen a una papilla, mejor. Ponemos los plátanos en un cazo junto con el zumo de naranja y lo llevamos a ebullición a fuego medio. Reservamos.
En un bowl batimos las yemas, el azúcar y el queso crema. Batimos bien, hasta que todo esté integrado. Reservamos.
En otro bowl montamos la nata. No hace falta que añadamos azúcar para montarla.
Con una espátula integramos la nata con la mezcla de queso. Lo hacemos con movimientos envolventes. A continuación, añadimos la mezcla de plátano y zumo de naranja. Mezclamos bien con la espátula.
Cogemos 9 o 10 cucharadas de la mezcla anterior y las ponemos en un cazo junto con el sobre de gelatina. A fuego medio, batimos bien con unas varillas manuales, hasta que la gelatina esté bien disuelta. Continuamos batiendo hasta que dé el primer hervor. Retiramos del fuego y añadimos al resto de la mezcla. Con la espátula integramos bien.
Vertemos la preparación anterior sobre el molde de la tarta (que teníamos reservado en la nevera) y lo ponemos todo de nuevo en la nevera durante, al menos, dos horas.
Y eso es todo. Habéis visto? Esta tarta de plátanos es muy fácil y ligera, se hace en un periquete y no te va a dejar indiferente. A por ella!!
Buen provecho!!
Nos vemos pronto!!!
Estupenda tarta, las de este tipo sin horno me encantan, y con sabor a plátano... ummmmmmmmmmmmm
Besos!